15 Y 16 OCT 20.30h
INGOVERNABLES
A TIRO HECHO (C. VALENCIANA
Rodeada del ritmo trepidante de trompetas, sintetizadores y sonidos de excavadora, la música en directo agujerea el espacio escénico. Siete intérpretes en escena defendiendo las palabras y los gestos que acompañan al movimiento (santo y seña de la compañía). «Un homenaje a quien ha luchado, a quien ha perdido, al que está por venir y está llegando. Con la esperanza de encontrar salidas en la devastación depredadora del capital, en un mundo sin plan B ».
DESCRIPCIÓN
Ingobernables es un recorrido por los diferentes espacios cotidianos que conforman una de las problemáticas más importantes generadas a partir de la crisis global de 2008.
La propia caída del mercado inmobiliario dio pie a una nueva fase del capitalismo financiero, centrado una vez más en un derecho básico de las personas: la vivienda.
Pero las normas han cambiado. Y con esto se ha expandido un fenómeno, que aunque ya existía, ahora se ha vuelto más voraz y agresivo: la destrucción del territorio.
Y la transformación del mismo sobre la base de su rendimiento económico: turistificación, gentrificación, expulsión de vecinos y vecinas de sus casas y barrios, y sacrificio de parajes naturales y rurales bajo la apisonadora del falso ídolo: el progreso.
Es decir, la rentabilidad.
El negocio.
A través de textos ácidos se crean situaciones hilarantes, que simplemente retuercen la muesca de cinismo que impera en el mercado.
A través del movimiento y la danza política se representan los flujos de personas que pierden su medio de vida, su vivienda y su dignidad.
La precarización narrada a través de los ojos de las que la sufren, y también a través de los ojos de los que obtienen este sistema neoliberal es una gran comedia, en la que unos ríen, y otras aplaudimos desde el gallinero.
Esta obra llega para decir: atentos! Os tenemos calados. Sabemos quiénes sois, y cómo funcionáis. Y para poner serias dudas sobre la mesa. Cuestionarnos el porqué, y saber- que somos muchas, que quizá en el fondo no están tan
seguros sobre sus torres de marfil. Sólo tal vez.
Para plantearnos que tal vez, y sólo tal vez, aún tenemos las fuerzas para dar guerra.
Envuelta en el ritmo trepidante de trompetas, sintetizadores y sonidos de excavadora, la música en directo trepa el espacio escénico. Siete intérpretes en escena defendiendo las palabras y los gestos que acompañan al movimiento
(Santo y seña de Atirohecho).